¡Una Historia que Inicia!

¡Una Historia que Inicia!


Mi inocencia y mi curiosidad,
fueron tus aliadas,
para elevarme al cielo.


Bellas lágrimas derramas por mi adiós,
palabras excelsas expresadas en mi ausencia,
conceptos extraordinarios,
para convertir el infierno, en el mismo cielo. 



Aunque tú seguirás siendo, la misma persona, incapaz de asumir sus responsabilidades. 


La pobreza, ocupo la celebración de mis 15 años, 
porque solo alcanzaba, para una taza de café y unos tamales de maíz.



 Un día, para hacer leña,
caminando junto a mi madre y hermanos,
llevamos lazos y mecapales,
para recoger juncos de esperanza,
para calentar nuestra pobreza,
mientras el soplo del viento, cubre nuestras camas,
al compás de la música de las láminas del techo de nuestra casa, 
ante la fortuno de sentir la misma naturaleza,
rompiendo la poca dignidad que nos quedaba, 



Allí te vi, eras el reflejo de una riqueza absoluta.



Impacto tu físico de riqueza,
suplanto mi necesidad de tener,
ASUMÍ,
la riqueza es de quien la luce y no del que lo necesita.
Proseguí mi marcha, junto a mi madre y hermanos.
Pero, tu imagen, empezó a ser un carga innecesaria,
mientras la distracción,  me golpeo con una rama de árbol, 
que me hizo recordar, es mejor tener ojos que amor.

Con los juncos, 
sobre mis hombros,
símbolos del castigo del hombre,
tu imagen viva, 
desato la locura de adolescencia,
provocando la ansiedad y el deseo de verte nuevo. 



De vuelta en las paredes de tierra,
adornados de lodo y polvo,
la jornada del día,
nos invita a reunirnos alrededor de nuestras esperanzas, 
escuchando las palabras vanas de mi padre,
mientras el TIEMPO
consume sus posibilidades de ofrecernos algo mejor,
dejando al fuego burlarse, 
por esa realidad de humo que engaña la mente de mi padre. 



Aquella tarde, entre los molinos de chismes de la aldea,
te encontré en las andaduras de la vida,
por desgracia o por destino,
tus palabras sucumbieron mi inocencia,
suponiendo que el AMOR es un obsequio para todos.
Evocaste la LIBERTAD y la PROSPERIDAD,
propulsores de una impulsiva decisión,
por el anhelo de cambiar la desdicha de mis padres
y por un segundo de FELICIDAD.


Quién puede resistirse a la FELICIDAD, aunque sea solo una ilusión. 



Un corazón palpitando,
las palabras adecuadas, para hacerla volar,
segando la mirada, 
ocultando la VERDAD en el mar del TENER,
por esa arrogante, opulenta y bella sensación,
que todo es posible contigo. 



CRUEL realidad,
eras el espejo de mi propio deseo,
porque nunca fuiste de la RIQUEZA,
eras un mercader de corazones rotos,
ante la tormenta de sus decisiones,
decidieron quedarse,
para no caminar por las calles de la vergüenza, 
para esperar el destino y la suerte.


No podía humillarme más,
rogué al mismo ángel de la locura,
que me trajo a tu miserable aposento, 
una solución para tener cordura,
CORRÍ,
por el miedo de vivir,
encontré un cuerda, 
la lance sobre las ramas de un árbol,
que se rindieron a mis pies,
para luego dejarme caer. 



“Si, alguien me hubiera dicho, que habían otras posibilidades”




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